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Estamos en el extremo occidental del parque natural del estrecho, en una ladera abrupta, donde los valores paisajísticos, su orientación y la complicada topografía son condicionantes primordiales. Pero lejos de entenderlos como "limitativos" queremos asumirlos como "positivos" para la solución del proyecto y que estén presentes en el edificio contribuyendo a reforzar la intrínseca singularidad del emplazamiento, a cuyo servicio se pone esta construcción. Este es el proyecto para la construcción de una plataforma, base de la habitabilidad y origen de la vivienda. Sobre ella establecemos los espacios de uso diario (estar, cocina, sala de trabajo, gimnasio, solarium, etc) con una piscina en uno de sus extremos, mientras que en la planta inferior, de forma muy discreta, se protegen los 5 dormitorios. Entendemos la plataforma como una prolongación del terreno con el que gracias a sus bloques de piedra anaranjada debe formar una unidad visual. Quisimos además que el edificio no estuviera exento de determinados invariantes funcionales de la arquitectura tradicional. Así las distribuciones, que tienen lugar en la parte trasera de la vivienda (la zona que mira a la ladera), se producen en las dos plantas entorno a sendos patios exteriores. De esta manera en el interior de la casa están siempre presentes los dos límites que debían caracterizar esta construcción: El mar y la ladera de la montaña. Dado que la intensidad de la luz, que en el sur de España puede llegar a ser incluso agresiva, podía estudiarse una propuesta de edificio muy cerrado con las vistas enmarcadas puntualmente en huecos amplios y puntuales, pero quisimos favorecer el efecto de la plataforma volada sobre el paisaje para lo que planteamos una superficie muy diáfana con grandes superficies acristaladas, y muy protegida del sol directo mediante grandes vuelos tanto en espacios interiores como exteriores. De esta manera conseguimos unos espacios muy luminosos pero no molestos por exceso de luz y protegidos además del calor por radiación directa. De esta manera, la plataforma, muy volada sobre sus apoyos, minimiza el contacto visible con el suelo, proponiendo un espacio que avanza sobre el desnivel y alcanza una posición elevada sobre la ladera y su vegetación. Así, desde el interior de este volumen apenas es perceptible el propio terreno bajo el suelo, viéndose directamente el mar y contribuyendo de esta manera a una percepción de la ligereza del volumen desde su propio interior.

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