El proyecto realizado representa la segunda fase de un proyecto de 11 viviendas ejecutado en una manzana contigua de forma previa por el mismo promotor, quien por ello solicita la continuidad de los principales criterios de diseño empleados en el primero de los dos proyectos por él desarrollados. La continuidad e identidad solicitada para ambos proyectos ha sido abordada desde la materialidad, adoptando el ladrillo caravista de hormigón blanco empleado en la materialización de los volúmenes de planta primera como el elemento vinculante entre ambos proyectos.

La importancia de éste material como elemento de vinculación entre los dos proyectos realizados trata de ponerse de relieve a través de la materialización de la fachada de planta baja mediante chapas de aluminio, cuya capacidad reflexiva le permite adoptar tonos azulados muy próximos en ocasiones a los del cielo. Trata de conseguirse de ese modo una reducción de la presencia visual de la planta baja con el objeto de reforzar la presencia del material que vincula ambos proyectos dispuesto en planta primera.

El programa de las viviendas consiste en 3 ó 4 dormitorios (situando uno en planta baja y los restantes en planta primera), salón-comedor, cocina y tres baños. Ambas plantas, baja y primera, se conectan mediante una doble altura capaz de dotar a la vivienda de una gran sensación espacial a pesar de disponer de una superficie útil ajustada.