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Fotografías realizadas por David Zarzoso. El programa de necesidades que nos presentó el promotor (Ayuntamiento) incluía todas las dependencias, públicas y de uso restringido, necesarias para el correcto funcionamiento de una instalación de estas características. En el despacho pensamos en incorporar un local de uso público que pudiese ser utilizado por el vecindario como espacio polivalente y que nos permitiese dotar de mayor flexibilidad tanto funcional como horaria al edificio. La inclusión de este espacio multifuncional en un edificio con un programa y un funcionamiento tan definido como lo es un retén nos permitía acercar al ciudadano el trabajo del cuerpo de policía además de convertir la instalación en un polo de atracción para el vecindario sobre el que, en cierto modo, pudiese empezar a girar la vida social del barrio en el que se ubica, a las afueras del municipio. El fuerte desnivel de la parcela nos hizo plantear como solución dos volúmenes independientes, paralelos a la Avenida Joan Fuster, superpuestos y desplazados en planta. De esta manera el cuerpo superior recoge la entrada desde esta avenida, entrada que se configura en forma de rampa, la cual con una pendiente contraria a la de la calle, permite de la forma más natural el ingreso en el edificio. Dicha rampa se integra en el interior del edificio al ser cubierta por una celosía de planchas perforadas de aluminio en bruto. En la esquina inferior, este cuerpo que antes se entendía como planta baja, pasa a ser una planta primera y con su vuelo marca le entrada al espacio polivalente. En la planta primera se resuelve el programa público del edificio policial. La planta baja se comparte entre el espacio polivalente y las dependencias de uso restringido del edificio de la policía. En la planta sótano, iluminada con un patio, se sitúan los vestuarios, la sala briefing y un gran almacén.