La Iglesia Parroquial de Biar dedicada a “La Nostra Senyora de la Asumpció” está situada en la plaza de la Constitución de Biar, Su nave principal comenzó a construirse en las postrimerías del siglo XV sobre una antigua iglesia cristiana que a su vez estaba construida sobre la antigua mezquita musulmana.

La planta es de una sola nave, con capillas entre contrafuertes y con cabecera poligonal de cinco lados. La nave tiene cinco tramos y está cubierta con varias bóvedas de crucería: El presbiterio construido en el siglo XVI como una ampliación de la nave principal cubre con una bóveda de ocho nervios que se unen en una única clave.

De esta época es la fachada plateresca realizada en 1519 se supone por algún escultor italiano formado en la escuela florentina y que está considerada como una de las joyas del plateresco español.

A finales del siglo XVII se construyo la capilla denominada de la Comunión realizada por el arquitecto de origen navarro Juan Bautista Pérez Castiel. Su planta es de cruz griega de brazos cortos, y está cubierta por una cúpula sobre pechinas. La decoración de estilo Barroco esta ejecutada a base de yeso y frescos Poco después se empezó a construir el campanario situado junto al presbiterio con diseño del arquitecto de Xátiva Juan Blas Aparicio.

En el siglo XVIII la nave principal de la iglesia se recubrió de estucos siguiendo el gusto del momento. En la actualidad como recuerdo de este hecho se han dejado así la cabecera y las capillas laterales, mientras que la nave se devolvió a su estilo originario en 1964.

El pavimento de las naves era de principios del siglo XX, estaba realizado con piezas de mármol de tamaño 35 x 35 de varios colores y sustituía un pavimento cerámico que según consta existía desde el siglo XVIII. Este antiguo pavimento aun se conserva ya que al parecer fue vendido y recolocado en diferentes casas particulares de Biar. El pavimento de la capilla de la Comunión era de baldosa hidráulica de 20 x 20 centímetros, de la marca Sola y Orsola de Barcelona que aparece en un catalogo de la casa de 1907 por lo que su colocación se efectuaría en los años posteriores ya que en el catalogo de la misma casa del año 1916 ya no aparece este tipo de baldosa.

Este pavimento que ya se encontraba en un grado de deterioro manifiesto, empezó a hundirse puntualmente en diferentes puntos de la iglesia en los últimos años. Este hecho hizo replantearse la idea de sustituirlo y al mismo tiempo dotar al recinto de un sistema de calefacción por suelo radiante más funcional y económico que el que había implantado a base de caldera de gas gas-oil.

La primera idea fue replantear la ubicación de la nueva caldera que se ubicaría en una antigua cripta destinada actualmente a trastero y situada bajo la capilla de la comunión. Esta ubicación permitía canalizar hasta la caldera ubicada junto a una ventana de la cripta el gas GLP de la red que la compañía Repsol dispone en la localidad. Desde la red general y ejecutando una cata de unos dos metros y medio de longitud a través de la roca viva que sirve de cimentación de la capilla se podía llegar fácilmente a la caldera sin tener que realizar grandes alardes constructivos y de una manera discreta sin apenas manifestarse en el exterior del edificio.

Para el diseño de la pavimentación se tuvieron en cuenta varios condicionantes. El más importante el hecho de que una empresa de Novelda donara gratuitamente el pavimento necesario para la ejecución de la obra con el consiguiente ahorro económico y con el siguiente despiece. Piezas de mármol Rojo Alicante de 30 x 30 centímetros. Mármol Blanco Goya de 30 x 30 centímetros y piezas de Mármol Esmeralda Claro de 10 x 30 centímetros.

Con estos condicionantes se diseño un esquema tricolor que enfatizara los recorridos de circulación en la nave principal, bordeando los altares perimetrales con piezas de color rojo para absorber las irregularidades, dejando el color blanco para el resto de la la nave. En la capilla de la comunión se mantuvo el mismo esquema compositivo que el utilizado en las vías de la nave principal. En este caso se enfatizo la planta de Cruz Griega dejando igualmente los laterales con pavimento de mármol color rojo alicante.

La previsión de proyecto era rebajar 30 centímetros la cota del pavimento existente de manera de que se pudiera consolidar a través de una pequeña losa de hormigón la instalación de suelo radiante sectorizada para cada uno de los tramos de las naves prevista y proceder a la colocación del nuevo despiece de pavimento de manera de que la cota de partida no se alterara. Se contaba con la hipótesis de que, según la documentación estudiada, en el siglo XIX y concretamente en el año 1829 se había dispuesto mediante decreto municipal vaciar los cadáveres existentes en los vasos enterrados en la iglesia. La realidad fue que una vez empezadas las excavaciones se encontraron decenas de enterramientos muy superficiales que obligaron a demorar las obras y a ralentizarlas debido al trabajo manual que suponían. Todo ellos se hizo bajo la supervisión de la arqueóloga Ruth Falcó y con el consentimiento de la Consellería de Cultura. En una de las criptas desescombradas aparecieron numerosas piezas cerámicas típicas del ajuar funerario que abarcan los siglos XV al XVIII. En la zona de la Capilla de la Comunión aparecieron varios cadáveres momificados que después de varias consultas con las administraciones pertinentes fueron enterrados en una cripta municipal. El resto de cadáveres que se cuentan por centenares fueron depositados en un osario realizado ex profeso en una parcela municipal del actual cementerio.

La actuación se completó con la demolición de un casetón existente en la plazoleta donde recae la puerta posterior de la iglesia y la fachada de la Capilla de la Comunión. Este casetón de dudoso gusto estético albergaba la caldera de la instalación de gas-oil del sistema de calefacción anterior y se solapaba con la portalada de la capilla. Esta portalada se rehabilitó eliminando los aditamentos de cemento existentes y devolviéndole la dignidad que nunca debió perder.