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Cuando tu casa es el mundo entero con sus hoteles, sus cabañas y sus pensiones, pero también con sus tiendas de campaña, sus camarotes de barco y sus asientos de avión, un ático pequeño pero molón en Malasaña igual ya no resulta tan pequeño. Quizás sea todo (o casi más de) lo que necesitas para descansar, recargar pilas y planificar el próximo viaje. Quizás sea también el refugio ideal para los que busquen experimentar Madrid desde dentro (o desde arriba) o un poco de la ciudad de los madrileños a pocos metros de la de los turistas, mientras tú haces lo mismo en la otra punta del mundo. Quizás no hagan falta demasiados metros ni demasiado lujo cuando se tienen vistas y planes; cuando los ojos han recorrido ya tantas millas y los pies encuentran finalmente un momento para descansar. Quizás esta versión verde y habitable de la biblioteca especializada en guías de viaje, dotada de habitación (y baño y terraza y cocina) sea el refugio perfecto para el viajero moderno. En Egue y Seta emprendemos cada proyecto como si nos embarcásemos en un viaje. ¿Os apetece ver alguna postal?

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