¿Puede una Reforma de Cubierta y Vestuarios optar a una Muestra de Arquitectura?
Creemos que sí, porque LA ARQUITECTURA se encuentra detrás de cada gesto, de cada acción que un arquitecto emprende. Es nuestra obligación poner todo nuestro conocimiento y talento al servicio de cualquier proyecto que emprendamos, independientemente del tamaño, o presupuesto del mismo.

El Pabellón Raúl Mesa de Benidorm es una instalación deportiva con más de 35 años de antigüedad que presentaba serios problemas de goteras y cuyas dotaciones de vestuarios eran del todo insuficientes. Con una inversión inferior a los 900.000 euros no solo se solucionaron los problemas de filtraciones (para lo que se tuvo que intervenir sobre la cubierta y fachada en su totalidad) si no que se pudieron reconstruir íntegramente los vestuarios, ampliando la dotación de los mismos y permitiendo que, sin apenas sobre coste, se pudiera aprovechar la cubierta de los mismos para ubicar unas nuevas gradas que permitieran ampliar la dotación de espectadores del estadio, todo ello, respetando la estructura original del pabellón y reforzando parte de la cimentación que presentaba ciertos problemas estructurales.

La intervención en el Pabellón la planteamos desde el inicio como una nueva actuación que debía de manifestar su singularidad y diferenciación sobre la construcción original, de un modo tan contundente, que inevitablemente nos condujo a realizar un planteamiento de crecimiento en distintas fases de modo que con 3 nuevas intervenciones (que se pueden diferenciar en el tiempo cuanto sea necesario), podríamos conseguir triplicar la capacidad de espectadores del Pabellón y transformar su fisionomía de un modo completo y para siempre como si de una nueva intervención se tratara.

En este caso, la integración y diálogo con el elemento sobre el que se interviene “por contraposición” permite entender la intervención sobre la construcción como una mejora de la edificación, por fases, en la que se puede observar el crecimiento y mejora de la rehabilitación a lo largo del tiempo como si de “un virus bueno” se tratara.