La Plaza Castelar se encuentra ubicada en el centro de la ciudad de Elda junto al Mercado Central. Se trata de un espacio urbano cuyo primer asentamiento data del año 1931. Desde entonces, ha sufrido varias intervenciones de distinta índole, pero siempre manteniendo su doble carácter de jardín y de plaza. Antes de la intervención, se encontraba muy deteriorada, siendo un espacio urbano obsoleto e inseguro, pero su privilegiada situación en el corazón de la ciudad, permitía imaginar la recuperación de un espacio tradicionalmente vital, accesible y atractivo. De esta forma, el proyecto parte de las tres siguientes ideas:
ACCESIBILIDAD
Con la idea de convertir la Plaza Castelar en un espacio accesible, democrático y permeable, el proyecto desde un inicio planteó la eliminación del vallado metálico perimetral y se generaron cuatro nuevos accesos, así como rampas accesibles en todo el conjunto que facilitan el acceso y la comunicación entre las tres plataformas que conforman el espacio de la plaza.
VIDA Y CIUDAD
El restaurante que existía y que se encontraba en desuso, se reemplaza por un nuevo edificio capaz de acoger el uso restaurante, y el de servicios públicos para la plaza.
Los juegos infantiles se renuevan y amplían su superficie ajustándose a la vegetación, respetándola, y potenciando nuevas zonas de estancia, sombra y otros usos como el de merendero y rincones de intimidad interiores a la jardinería.
Se incluye nuevo mobiliario urbano acorde a la nueva plaza y se recuperan algunos de los antiguos bancos. También se proyecta una iluminación artificial capaz de convivir con la masa vegetal, de modo que se garantice una iluminación singular y homogénea de la plaza. Por último, toda la plaza modifica su pavimento y en él se traza una singular lengua roja uniendo el acceso noroeste y el escenario principal.
MEMORIA
La Plaza Castelar presentaba múltiples elementos de valor reconocidos a nivel de memoria colectiva y de patrimonio. Por ello, el proyecto desde su inicio trató de integrar esos valores y de pensar la reforma de la plaza a partir de ellos.
Por un lado existe un paraboloide hiperbólico de hormigón armado situado en el extremo noreste de la plaza, cuyo uso y singularidad formal lo habían convertido en un hito para los ciudadanos. Por otro lado, existen tres elementos escultóricos; el monumento a Don Emilio Castelar, la escultura del León y el busto a Don José Martínez González. El monumento a Don Emilio Castelar había presidido la plaza desde el año 1932, y era principal respetar su posición y realizar labores de restauración; la escultura al león se reubicó a pie de plaza; el busto al que fuera alcalde de Elda, se reubicó en uno de los laterales del acceso oeste, en zona ajardinada.
Y por último, siendo el principal valor de la plaza; la vegetación. El doble carácter de la Plaza Castelar de plaza y jardín, llevó a que ésta se convirtiera en una herramienta principal de proyecto para conservarla y ponerla en valor en la realidad de la nueva plaza.