Superada la época de las grandes actuaciones, llega el tiempo de las operaciones a menor escala. Si las demandas de la sociedad no exigen ya grandes intervenciones, no corresponde al arquitecto llenar nuestras ciudades con fastuosas edificaciones. Esta nueva "pequeña" arquitectura actúa como un preciso bisturí, reparando los daños y regenerando los tejidos de nuestras ciudades y viviendas de forma adecuada y meticulosa.

La reforma para la casa de Rico y Ana es un ejemplo de ello. Una "fastuosa edificación" inacabada - o acabada a retazos - precisa de un efectivo ejercicio de arquitectura para adaptar el escenario a las necesidades de sus usuarios en los tiempos que corren.

Además, lo ajustado de los medios técnicos y económicos de los que disponemos obliga, aún más, a multiplicar destrezas y optimizar recursos.

Esta operación de pequeña escala actúa principalmente sobre lo existente, entendiendo que no todo merece ser destruido y, posteriormente, lamentado. Trabajamos sobre lo real, permitiéndonos reconocer en el lugar ciertos valores que pueden ser un agradable punto de partida.

Uno de estos puntos es el espacio central, en torno a la chimenea. Una premisa era la construcción de un espacio en torno al fuego. Así, les propusimos convertir su casa en una danza en torno al fuego. Un recorrido circunpolar, una danza en torno al hogar.

No queremos ser los protagonistas de este proyecto, sabemos que el recuerdo de nuestro paso por aquí será fugaz, pero si nuestra intervención sirve para hacer un poco más llevadera una parte de sus nuevas vidas nuestro esfuerzo no habrá sido en balde.