LOS MONSTRUOS DE TEPITO

En el corazón de Tepito, el conocido como "Barrio bravo" de Ciudad de México hay un parque llamado de la Equidad. Cuando llegas a él, después de atravesar el mercado ambulante que ocupa la calle en la que se sitúa, cuesta creer que aquello sea un parque y cuesta mucho más creer que se represente un valor como la equidad.

Se trata de un predio vacío en medio de una cuadra donde antes había un edificio en el que se vendía y consumía droga. El edificio se demolió pero las drogas no desaparecieron, por lo que los vecinos de las colindancias del parque decidieron colocar una puerta que cierra el acceso al parque cada atardecer y una reja metálica rematada de alambre de espino para "protegerse del parque".

El resultado es un parque escondido, oscuro, deteriorado y con una imagen más propia del patio de una prisión que de un espacio lúdico para niños. Probablemente estemos ante el peor parque de la ciudad ubicado en la zona que más necesita espacios urbanos dignos. Ante esta situación, el Laboratorio para La Ciudad lanzó un concurso público de ideas llamado Juguetes Urbanos donde buscaba regenerar espacios públicos mediante el juego, pero con un presupuesto sorprendentemente bajo, explicitando dónde no están las prioridades del gasto público.

Ganamos el concurso hace algo más de un año con el proyecto más económico y a la vez el más bonito que hemos diseñado nunca ya que tenía poco de material y mucho de imaginario. Nuestra propuesta contaba con que la imaginación de los niños de Tepito sería el material principal de construcción rompiendo así los límites presupuestales del proyecto. Planteamos construir unas estructuras ligeras con forma de monstruo con cuellos y cabezas muy altas que sobresalieran por encima del alambre de espino y complementarlo con una historia. Queríamos utilizar ese entorno hostil como un elemento que sumara al proyecto en lugar de restarle y para ello creamos la idea de El Parque de los Monstruos.

Esa reja que cierra sus puertas cada noche no lo hace para proteger a los vecinos de asaltos de drogadictos, sino que encierra a Los Monstruos de Tepito que sacan sus cabezas por encima cuidando el barrio. Durante el día, cuando son más dóciles, el parque abre sus puertas y permite a los niños jugar con ellos y desarrollarse en un entorno seguro. Ya no es el peor parque de la ciudad, los niños de Tepito cuentan con el único Parque de Monstruos del mundo y durante un tiempo pueden dejar fluir su imaginación en un lugar especial.

Además, los monstruos están diseñados para desarrollar diferentes habilidades psicomotrices y de socialización en los niños y cuentan con espacios para recibir donaciones de juguetes que se guardan dentro de cada monstruo convirtiéndolos en una pequeña ludoteca pública comunitaria. Y es que El Parque de los Monstruos sólo tiene futuro si hay una comunidad detrás que lo cuide, que cuente su historia y que construya su leyenda.

Por eso, ayer se llevó a cabo una pre inauguración donde se instalaron las estructuras principales y se dejaron en el suelo los paneles que conforman la piel de los monstruos para que los niños los pintaran y los fueran colocando, de forma que pasan a ser coautores del parque y tanto ellos como sus familias reforzaran los vínculos sentimentales con ese espacio urbano. No solo tienen un parque único, sino que ellos lo han construido.

Hoy el Parque de los Monstruos abre sus puertas por primer vez, un proyecto donde el diseño, la gestión pública, la participación ciudadana y las ganas de hacer algo bueno para la gente que más necesitas de cosas buenas convergen y abren una vía diferente para construir una ciudad mejor.