Museo de la Historia de Baviera
Regensburg . Bayern . Alemania
Detalles del proyecto
Tipo: Edificación, obra nueva
Info
El nuevo Museo de la Historia Baviera se alza con identidad propia, consciente de ser distinto a los demás y que al mismo tiempo, y sin embargo, tiene la voluntad de ser igual a todos, de integrarse en la ciudad. Para ello se propone un paisaje de cubiertas que represente el final del alzado norte del conjunto histórico de Ratisbona, y que forme una parte significativa de su silueta. En forma, escala, materialidad y color no se manifiestan los nuevos edificios como cuerpos extraños, sino que establecen un diálogo con su entorno. Así surge el edificio hermético y solemne, directamente a orillas del Danubio, identificándose como el contenedor de un tesoro: La memoria de Baviera. Por motivos funcionales y urbanísticos se divide el conjunto museístico en dos partes: mientras en la manzana “Trunzer” se encuentra la zona de exposiciones; la administración, la biblioteca y la cafetería son alojadas en una construcción aparte adosada a la manzana “Brüchner”, debido a que estos usos deben funcionar independientemente. Ambos edificios extienden los principios urbanísticos del centro histórico de Ratisbona: la manzana cerrada y la estructura viaria de pasos estrechos y largos. Se ordena y concluye un entorno incompleto y fragmentado al mismo tiempo que se relaciona y adapta la nueva obra con el lugar donde se ubica. La singular situación de la parcela entre rio y ciudad permite que, a través de un transparente y permeable vestíbulo con dos entradas, se oriente el museo tanto hacia el Danubio y plaza del mercado, por donde llegan a la ciudad una cantidad muy importante de visitantes en barco, como hacia el centro histórico, desde donde se produce el mayor flujo de personas. La entrada principal define y cualifica la plaza Hunnenplatz como espacio previo del museo en su lado sur; espacio intermedio que aunque pertenece a la ciudad, el museo hace propio abrazándolo en dos de sus lados. En el otro lado, paralelo al Danubio, se encuentra el mercado semanal que, pese a situarse por encima del nivel del agua en caso de desbordamiento, se conecta directamente con el rio a través de una generosa escalera. Desde del vestíbulo, lugar de encuentro y corazón del museo, se puede acceder directamente a las exposiciones, a la sala audiovisual y a la zona pedagógica. La exposición temporal, ubicada en la planta baja, y la permanente, situada en las superiores, pueden funcionar independientemente; se encuentran, sin embargo, conectadas a través del vestíbulo, que funciona a su vez como distribuidor y que permite una conexión visual entre todas las plantas. La zona de exposiciones temporales tiene una estructura sencilla y regular que permite una gran flexibilidad. La exposición permanente posee esta cualidad debido a su planta modular; sin embargo, es necesario un cierto grado de libertad, dentro de este marco común, proporcionado por la singularidad de la cubierta inclinada, para dotar a los espacios de una identidad propia. Mientras el edificio, por su uso e importancia para la ciudad asume su carácter singular pero tiene voluntad de asemejarse a su entorno, los espacios interiores, siendo iguales entre sí por el marco común que los contiene, necesitan diferenciarse.
publicado el 05/03/2014