Ubicada en un enclave de gran belleza, se encuentra Mirma House, situada a escasos metros del mar, en la zona de les Deveses de la ciudad de Dénia (España). La parcela se caracteriza por su forma alargada y su topografía totalmente plana, característica que permite a sus usuarios, disfrutar desde todos los puntos de la vivienda, de la inmensidad y serenidad del mar.

El proyecto nace de una preexistencia, se partía de una vivienda unifamiliar donde residían varias familias, y se debía reconvertir en una única vivienda con capacidad de albergar muchas visitas de familiares en los meses de verano. Dicha preexistencia nos limitaba en parte su distribución inicial en planta, por lo que se decidió adaptarse, aprovechar el emplazamiento en el que se ubica la vivienda y enfatizar en la medida de lo posible su relación con el exterior. El objetivo principal era buscar la inmediatez con el mar, abrirse a él tanto como pudiésemos generando un entorno de paz que permita disfrutar de la experiencia que el lugar ofrece.

Se parte de una vivienda bastante oscura, con pequeñas aberturas y sin prácticamente relación con el exterior, y se realiza todo lo contrario a lo que nos encontramos, ampliando por ello, los huecos de las ventanas para generar no solo una comunicación más directa con el exterior, sino también para dotar de mayor iluminación a la vivienda y hacer de ella un espacio agradable y acogedor.

Se plantea un juego de contrastes entre ambas fachadas de la vivienda. Enfatizando la parte frontal de la vivienda con el blanco, en representación de la luz, el mar y el infinito, mientras en la parte trasera se opta por tonalidades mucho más oscuras, relacionándola con la montaña, la cual se puede visualizar a lo lejos. Estos matices se repetirán a lo largo de todo el proyecto.

A la vivienda se accede por un lateral, justo por el centro de la planta, para enfatizar éste, se proyecta un pequeño voladizo el cual queda materializado con las mismas texturas oscuras que se ubican en la fachada trasera de la edificación. Estos mismos matices, se utilizan en el núcleo de la escalera, la cual se proyecta como un elemento escultórico, presidiendo la zona de acceso y adquiriendo una gran visibilidad desde todos los puntos de la casa. Para conseguir darle este carácter, se dota a este espacio de doble altura y se abren todos los espacios que albergan la vida diurna ampliando de ese modo la sensación espacial de conjunto.

En la búsqueda de potenciar y proyectar más luminosidad en el interior de la vivienda y concretamente en el núcleo principal del proyecto, se ubica un lucernario de las mismas dimensiones que la escalera, en su parte superior derecha, de forma que gracias a la luz cenital se enfatice aún más dicho espacio, permitiendo al mismo tiempo, comunicar visualmente la planta inferior con la superior.

La vivienda, cuenta con un porche en la fachada frontal, que se repite en planta primera, con este se generan dos terrazas que invitan a sentarse y a disfrutar de sus vistas hacia el mar. En la planta baja se diferencian claramente dos zonas, las estancias de día se abren al porche teniendo como final de perspectiva el horizonte, mientras que los dormitorios se abren al jardín posterior de la vivienda. Toda la planta primera queda destinada a dormitorios. El dormitorio principal se compone de vestidor y baño privado quedando todas estas piezas orientadas y con vistas hacia el mar.

La planta primera queda organizada no solo por el vacío generado por el hall central, sino también por un pequeño jardín, fruto de un vaciado realizado en el exterior. Se reutiliza parte del pasillo superior para reconvertirlo.