Tres familias que sueñan con tener una casa con parcela y que deciden comprarse entre todos un terreno para cumplir su sueño. El reto era conseguir que cada uno tuviese su espacio exterior privado. Cada vivienda se ubica en una esquina de la parcela, apropiándose cada vivienda del espacio exterior que le rodea, dejando la zona central de la parcela para espacios comunes.

El resultado: tres viviendas que se adaptan al terreno en pendiente, aprovechándose de él para generar privacidad, y donde se estudian muy bien los recorridos, generando conexión e intimidad a la vez.