Desde hace muchos años la cerámica ha sido considerada como un arte menor, un oficio vil, el
trabajo de los nazaríes derrotados, del pueblo vencido, y por lo tanto incapaz de generar interés
artístico, pero Arcadi Blasco encontró en ella el material idóneo para la expresión plástica y la usó
una y otra vez en la creación de sus obras de arte.
Algo parecido ocurre con las pieles utilizadas en la fabricación de calzado, poseen propiedades como
grosor, resistencia, ductilidad, flexibilidad, durabilidad, facilidad de tintado... que las han convertido
en el material más adecuado para la industria zapatera, pero son precisamente estas propiedades las
que las hacen idóneas para convertirse en materia prima para la expresión artística.
Se propone crear un mosaico de piel, y revestir con él la gran zona opaca de la fachada del Centro
Municipal de Exposiciones de Elche (situado en la Plaza de San Juan), consiguiendo que la fachada
actúe como un gran soporte expositivo que se vuelca hacia la plaza y muestra a la calle lo que tan
celosamente guarda este edificio, a la vez que mejora el aspecto estético y visual de la plaza.
En el diseño del mosaico se aborda esta doble vertiente, vinculando la imagen colectiva de la ciudad y
la tendencia artística que impulsó la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Elche.
Para su elaboración se seleccionarán las pieles que mejor se adapten al diseño entre los excedentes o
sobrantes de temporadas anteriores de los fabricantes que colaboren con el proyecto, serán cortadas
según un diseño, que parte del dibujo de una huella, utilizando los mismos medios que se emplean
en la fabricación de calzado, estas piezas se ensamblarán manualmente y de manera artesanal para
dar forma a la composición final del mosaico.