"El Legado de las Dinastías Qin y Han. Los Gurreros de Xi’an” en el MARQ, se presenta como un viaje cronológico a través de tres salas de la mano del emperador Qin, unificador del imperio chino a finales del siglo III a.C.
En la primera sala, un mar de farolillos negros recibe al visitante en una sala asimétrica, marcada por una escultura de Qin a caballo, blandiendo una espada y velada detrás de unas telas homenaje al teatro de sombras chinas.
La segunda sala, simétrica, otro Qin velado nos recibe bajo una estructura de falsa perspectiva fugada, y en las paredes papiros con la legislación del nuevo país.
La última sala, la muerte y enterramiento del gran mausoleo. Colonizada por siete guerreros de terracota
dentro de cápsulas de cristal, permitiendo que el visitante sienta la relación íntima con el guerrero. En el ábside, un juego de espejos consigue un efecto de ejército infinito que representa la continuidad en la imponente fastuosidad del mundo funerario en la dinastía Han.