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La propuesta pretende fomentar la cultura del reciclaje y reutilización de materias primas además de ablandar el carácter duro de la Plaza de las Flores. Con materiales de desecho de la industria del calzado creamos una nueva vida para ellos. Retales de pieles a modo de montículos para sentarse, escalar, dormir siesta veraniega, saltar, etc, fomentando la vida en la plaza como lugar de encuentro. Por otro lado, las botas de agua pueden tener una segunda vida como tiestos coloridos, a la vez que florecemos la plaza, aportando un poquito de naturaleza al asfalto de la ciudad. Las suelas de colores nos dibujarán recorridos por la plaza. Los cordones nos focalizarán hacia la plaza

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