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La situación del edificio es un elemento definitivo en la resolución del mismo. La esquina que se forma en la confluencia de las dos avenidas es un lugar estratégico y de óptima visualización. Debido a esto se resolvió la esquina principal mediante un volumen cilíndrico que acompaña a una de sus fachadas a formar una ligera curvatura. Interiormente se organiza en torno a un patio abierto central al que desembocan escaleras y ascensores a través de pasarelas voladas sobre el mismo. El edificio posee un orden claro de ejes y circulaciones logrando una gran flexibilidad capaz de albergar un programa cambiante de oficinas, con una crujía de despachos a fachada y oficinas panorámicas hacia el patio interior.