Antecedentes.
Un terreno urbanizado sobre una ladera situada a lo alto de la Cala del Moraig de Benitachell, se encontraba abandonado desde que se finalizo la urbanización de la montaña Cumbres del Sol a finales de los años 90. Las parcelas eran fruto de la cesión del agente urbanizador al Ayuntamiento. Como suele ocurrir en estos casos, las parcelas cedidas, eran las peores de toda la urbanización debido a su escarpada topografía. Por esta razón, a pesar de la privilegiada situación y hermosas vistas del lugar sobre el mar Mediterraneo hacia el Morro del Falquí, ningún promotor demandaba su compra y el Ayuntamiento soportaba, año tras año, los gastos de la urbanización y su mantenimiento.

Espacio de Oportunidad.
El terreno era, por lo expuesto anteriormente, un espacio de oportunidad. Se Propuso al Ayuntamiento su arrendamiento para uso turístico-deportivo. La normativa permite usos diferentes de los previstos por el Plan General, siempre que sean temporales y de carácter dotacional. El Ayuntamiento dio todas las facilidades, ya que la idea propuesta, suponía que las parcelas pasarían de ser una carga económica, a generar rendimiento económico. A demás, la Idea de negocio propuesta tenía un perfil de promoción de los deportes, la salud, la ecología, y la sostenibilidad, muy acorde con la política municipal.

Condicionantes de Proyecto.
La instalación se plantea para un uso máximo de 5 años, por lo que tenía que montarse rápidamente y ser de muy bajo costo. A demás debía no dejar huella en el lugar, ser fácilmente reversible y poderse volver a montar en otro sitio para no perder la inversión.
Otros condicionantes que consideramos importantes, fueron la integración en el paisaje, la sostenibilidad medioambiental, económica y social.

Programa.
El programa nos demandaba la implantación de 20 tiendas para “glamping”, una zona de acampada libre, lavadero, almacén, baños, recepción, bar, restaurante, zona de yoga y piscina.
Propuesta de proyecto.
El tráfico de mercancías mediante contenedores genera cientos de miles de contenedores obsoletos cada año y la tendencia va en aumento. La vida útil de un contenedor es 7 a 15 años máximo. Toda esta basura pude reciclarse como chatarra. Este proceso, consume mucha energía y supone una enorme huella ecológica. También, estos contenedores marítimos, pueden reutilizarse como arquitectura modular mediante un proceso de transformación sencillo, que suponga un bajo impacto en el ecosistema. Esta es la propuesta del proyecto.
Los contenedores se adaptan para su nuevo uso con materiales baratos de bajo costo y de rápido y fácil adquisición.

Proceso constructivo.
Los contenedores marítimos se trabajan en taller para introducirle los paramentos, las instalaciones y los revestimientos interiores. Una vez preparados de trasladan a los terrenos donde se colocan, mediante una grúa; sobre la base de apoyo anclada a las rocas o en su defecto un cubo de hormigón.
Los contenedores, una vez ubicados en su lugar, se implementan con las cubiertas, protecciones solares, celosias y rampas de acceso. También se conectan a las instalaciones urbanas existentes en las parcelas o creadas expreso.
Una vez superados los 5 años de cesión de las parcelas municipales, las plataformas de madera y las tiendas de campaña, se desmontarán y los contenedores se volverán a cargar sobre los camiones grúa, para se transportados a otro lugar donde continuar su vida útil.


Paisaje.
La integración paisajística del conjunto se ha conseguido mediante el uso del color, que mimetiza los contenedores con la vegetación mediterránea. El uso de materiales naturales autóctonos, como cañas para sombras y celosías, dan un aspecto natural a lo que es todo lo contrario, un contenedor marítimo. El contraste entre la artificialidad de los contenedores y la naturalidad de las cañas, dota al conjunto de personalidad propia.
Arquitectura bioclimática.
Todos los elementos habitables, contenedores y tiendas de campaña, se sitúan sobre enanos metálicos o plataformas de madera para aislarlos del suelo y adaptarlos a la acusada pendiente del terreno. Esto permite la circulación inferior del aire, que refresca el suelo durante los meses de verano, periodo cuando se usan las instalaciones.
Las cubiertas se componen de dos capas; una que da sombra y otra que protege de la lluvia. Ambas capas se alejan de los volúmenes habitables para que permitan la circulación del aire, también por la parte superior de los contenedores. De esta forma no se recalientan por radiación solar.

Sostenibilidad.
Para conseguir reducir el consumo de energía se ha instalado aerotermia para el agua caliente sanitaria. La red de saneamiento se proyecta separativa, de forma que mediante un deposito depurativo, se pueda reciclar el agua para el riego.
El reciclaje de los contenedores y el uso de materiales locales poco transformados, reducen la huella ecológica de la instalación temporal.
A pesar de la escarpada topografía se han situado rampas que hacen accesibles todos los servicios del Camp. A pesar de estar orientado para el deporte, no solamente se ha diseñado para jóvenes, sino que caben personas de todas las edades y condiciones.