Una casita céntrica pero… ¡oscura, fragmentada y pequeña!
Esas fueron las sensaciones iniciales de esta aventura. Había que revertir esta situación por completo y transformar sus 68m2 en una vivienda luminosa y espaciosa, que albergase el programa funcional requerido.
Para ello se eliminaron las particiones y se puso en relación visual directa la calle con el patio interior, de forma que, además de conseguir una magnífica ventilación cruzada, se lograra que, en cualquier punto de la vivienda, el espacio obtenido fuera pasante entre los dos potentes focos de iluminación natural que son el patio y los huecos de fachada.
Este espacio pasante se articula alrededor de un módulo central exento, que además de albergar los aseos, la climatización, y la mesa de cocina, distribuye todas las estancias de la vivienda, confiriéndole una marcada personalidad a la casa.
Un par de cintas funcionales bordean la casa a lo largo de dos de sus lados perimetrales, abrazando y sirviendo al módulo central. La primera de ellas discurre a lo largo de la fachada del patio, disponiendo linealmente programas de día como bancada de cocina-lavadero-lavabo-ducha-tendedero-zona de instalaciones. La segunda de ellas se desarrolla junto a la medianera acogiendo longitudinalmente usos de descanso, como almacenaje-cama-vestidor-zapatero-zona de instalaciones. La zona de instalaciones actúa como charnela entre las bandas día-noche poniéndolas en relación.
Eliminamos los falsos techos con lo que aprovechamos los 2,82m de altura libre, dotamos de mayor espacialidad a las estancias, y descubrimos la estructura metálica del edificio, la cual mantenemos en su estado original, con el característico color amarillo que le confiere la protección de zinc que se le aplicaba antiguamente a los perfiles metálicos.
La iluminación se integra discretamente en la parte superior de las cintas funcionales y del módulo central, con lo que se remarcan estas tres piezas que configuran el programa de cada estancia y se potencia la altura de la vivienda y su espacialidad.
Se opta por unos materiales de acabado de colores claros que aumenten la sensación de amplitud de la casa, bañada únicamente por la tonalidad del módulo central de tableros de madera de OSB, que unifica todas las estancias configurando la vivienda como un espacio continuo.