La finca se encuentra ubicada en un entorno natural , bañada en un mar de viñedos junto a la sierra de la Pila. La naturaleza y el silencio en este lugar transmiten una profunda sensación de paz. El proyecto se concibe como un edificio-mirador, un espacio que visualmente queda en conexión con el medio natural. Se apuesta por la sencillez en el diseño, y el lugar es el espacio que cobra protagonismo.

Debido a la climatología del lugar, altas temperaturas en verano e inviernos fríos, se estudia la envolvente del edificio para conseguir las máximas ganancias solares en invierno y una buena protección en los meses de verano. Para ello, se proyectan grandes huecos acristalados y una serie de celosías cerámicas móviles, automatizadas, que permitirán regular la radiación solar.

El programa del edificio responde a las necesidades de una empresa dinámica e invoadora en su sector, complementada con la actividad enoturístca.