REACTIVAR EL PATRIMONIO. ACTIVAR LA CULTURA
El proyecto reactivará la antigua sede del Banco de España en Santander construido entre los años 1924 y 1925. Con enclave estratégico, junto a la Catedral, con su fachada principal de estilo neoclásico hacia el Paseo y Jardines de Pereda y la Bahía de Santander, es la imagen de la ciudad que se abre hacia el mar. Este proyecto asume la tarea de recuperar un edificio singular para el patrimonio de la ciudad.
MEMORIA Y HERENCIA. ADAPTABILIDAD AL FUTURO.
La idea original de la propuesta parte de dos condicionantes. La necesidad de conservar la envolvente neoclásica del edificio, y la aspiración de hacer un interior flexible y adaptable, creando unos espacios para exposiciones y actividades lo más libres y configurables posible. De esta manera, se busca crear una infraestructura que pueda acoger cualquier demanda futura de nuevos programas o necesidades que ahora no podemos prever. Un edificio adaptable, al servicio de la sociedad líquida en la que vivimos.
La nueva planta del edificio, bajo una composición de reminiscencias paladinas, permite establecer un juego entre unos espacios funcionales y específicos, y a su alrededor, otros espacios indeterminados que puedan acoger cualquier uso y función. Se proyecta un nuevo sistema estructural, con cuatro grandes núcleos en posición simétrica, liberando un deambulatorio alrededor del patio central en un claro diálogo con las trazas originales de edificio.
PLANTA ACCESO. EL ÁGORA
El antiguo foso, lo que eran las entrañas del banco con sus masivas cajas de caudales, se convertirán ahora en un Ágora, una pequeña plaza para el encuentro y reunión bajo el patio. Abriendo este espacio central y conectándolo con la cubierta, se visibiliza lo que antes estaba oculto, haciendo público lo que era privado, abriendo a la luz natural lo que se encontraba cerrado y oscuro.
EL PATIO. LA ARTICULACIÓN DE LUZ NATURAL
El nuevo patio permitirá que la luz natural “cosa” todo el interior del edificio, bañando desde la cubierta hasta el primer sótano y permitiendo un juego de miradas cruzadas y relaciones visuales entre las distintas plantas. Potenciando esta idea, se acristalará y se instalará una estantería en las plantas que alojan el Archivo Lafuente, que servirá de soporte para objetos o carteles que refuercen la experiencia y la comprensión del importante valor que contienen las obras y el material del Archivo Lafuente. Se crea así, en el corazón del edificio, todo un paisaje de información, entre la mutabilidad y la velocidad de lo digital y el aura que contiene todo objecto original que posea importancia histórica.
PLANTA BAJA. EL ESPACIO INDETERMINADO
La planta baja, lo que era el patio de operaciones y atención al público del Banco, queda diáfana para poder acoger cualquier tipo de exposición. Un espacio que aspira a ser un Museo Imaginario, un espacio flexible capaz de ser configurado según las diferentes opciones que requieran los programas de las exposiciones. La polivalencia que otorga a la planta la disposición central planteada permite otorgar una gran libertad compositiva del espacio general; incorporando el espacio al museo, a cada exposición y cada artista, a los comisariados expositivos, y a las necesidades y alardes creativos de cada momento y de cada experiencia.
PLANTA PRIMERA. LA INVESTIGACIÓN
La planta primera, la antigua planta noble y señorial del edificio, con las balconadas asociadas, se destinará a las oficinas de administración y espacios de trabajo y consulta de investigadores externos. En la zona central, el espacio más protagonista y que cuenta con acceso al balcón principal de la fachada frontal, se localiza la sala de juntas, dotando del lugar más representativo del edificio el lugar para las reuniones y toma de decisiones. También se dispondrán en esta planta espacios para la conservación de objetos que por sus características o dimensiones no puedan guardarse en los archivadores de la siguiente planta.
PLANTA SEGUNDA. EL COFRE DEL SABER
La planta segunda, atesora el propio Archivo Lafuente. Una colección creada en torno al año 2002 por el empresario cántabro José María Lafuente, que reúne cerca de 130.000 documentos y más de 2.000 obras de arte, lo que le convierte en uno de los archivos más importantes del mundo.
PLANTA DE CUBIERTA. EL MIRADOR
Uno de los puntos de partida de la propuesta fue sin duda la configuración de la planta ático o de cubiertas, que conlleva la mayor restructuración de todo el edificio y adquiere el protagonismo que demandan actualmente las soluciones programáticas sobre edificios existentes. La cubierta como descanso al final del recorrido, y como Mirador, bañada por el sol, sobre la Bahía de Santander y el Mar Cantábrico.