VIVIENDAS SOCIALES EN MADRID
David González Ferreño / Ignacio Requena Ruiz

DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO
El proyecto plantea una estructura capaz de adaptarse al constante cambio de los modos de vida contemporáneos sin inversiones ecológicas o económicas añadidas. Para ello nos basamos en diferenciar dos partes del edificio: la infraestructura y el hábitat.
La infraestructura como soporte físico “duro” para una parcelación tanto vertical como horizontal.
El hábitat como soporte vital “blando”, compuesto por 2 espacios:
> Una zona A o célula básica de habitabilidad insertada en la infraestructura, capaz de crecer o decrecer horizontalmente en función de necesidades.
> Una zona B como espacio para la “customización” y para la negociación del individuo con la comunidad, posibilitando el crecimiento vertical.
En definitiva, un sistema abierto a la mutación de una comunidad viva. Al fin y al cabo, ¿por qué negar al habitante ese derecho si al final acabará tomándolo?
MEDIDAS SOSTENIBLES
La sostenibilidad en este conjunto de viviendas se enfoca desde el punto de vista del usuario (social) y de una sencilla relación con el clima (ambiental). En consecuencia, se huye de las típicas soluciones tecnológicas perecederas que no inciden sobre las dinámicas sociales, objeto del verdadero respeto al medio.
Por una parte se apuesta por generar un modelo habitable evolutivo en el tiempo, evitando el impacto ambiental del proceso de construcción/demolición provocado por la obsolescencia social de una estructura física. Para ello la arquitectura se suma a la creación de un sistema abierto de intercambio entre individuos de una misma comunidad que permita readaptar sus condiciones habitables en cada momento.
Por la otra, se decide dividir el hábitat en dos zonas. La zona A actúa de refugio con estándares pasivos debido a su alto nivel de aislamiento e inercia térmica, idónea para periodos con mayores exigencias de refrigeración/calefacción. La zona B presenta un mayor grado de exposición al exterior, consiguiendo captar calor o protegerse de la radiación solar según la estación, a la vez que posibilita la ventilación natural, bien de modo cruzado o bien funcionando como chimenea bioclimática por efecto de tiro térmico vertical.
La clara diferenciación entre zonas establece un balance de medios materiales, energéticos y económicos. La zona A, construida con una estructura de hormigón modulada y cerramientos convencionales, pretende perpetuarse en el tiempo. La zona B, materializada con madera y policarbonato, se compone de elementos seriados desmontables y reutilizables dentro de la misma estructura base.
TIPOLOGÍA
El proyecto sustituye la idea canónica de tipología por la de hábitat, creando una valoración global del espacio habitable que afecta a toda la arquitectura. Se divide en dos zonas:
> Zona A: compuesta por un núcleo fijo de cocina, baño, estar y dormitorio ajustados a las exigencias de habitabilidad. A ellos se suman estancias agregables y/o divisibles que habilitan la flexibilidad horizontal.
> Zona B: constituye un espacio intermedio interior-exterior personalizable y flexible que permite redefinir la distribución de la vivienda e introducir usos complementarios. Construida con materiales ligeros, naturales y desmontables facilita la expansión en vertical.
Aparece así una estructura habitacional rica y compleja que posibilita modelos de gestión innovadores donde el usuario toma parte directa en el diseño, como la "Baugemeinschaft" o el "Cohousing" incentivados por la UE.