El origen de San Gabriel (originalmente llamado Barrio de l´Harmonia) es una agrupación de viviendas temporales de autoconstrucción, hechas por pescadores de Tabarca, Santa Pola y Guardamar, que surgieron pegadas al mar y al barranco de la Ovejas.

La existencia de grandes industrias a su alrededor generó la necesidad de vivienda económica cercana, surgiendo a partir de los años 30 diversos conjuntos residenciales promovidos por cooperativas de trabajadores como “la amistad de los 50” y “El Porvenir del Obrero”.
El centro tradicional del barrio se encuentra formado por calles de viviendas unifamiliares en hilera de una sola planta con patio trasero.

Hoy día encontramos en el callejero nombres de aquella época como la calle de los Cincuenta, en honor a aquellos primeros cincuenta cooperativistas unidos por la Amistad y no como se piensa al grupo de falangistas fusilados en el barrio cuando llegaron de la Vega Baja a liberar a José Antonio, o Porvenir del Productor, que durante la República fue del Obrero y tras la guerra volvió a ser del Productor, donde se encuentra ubicado este proyecto.

Tradicionalmente el lugar de contacto o de relación social en San Gabriel, debida a gran carencia de espacios públicos ha sido la propia calle, lugares antiguamente tranquilos, constituyéndose estos como una extensión de la vivienda.
La aparición del vehículo a motor ha ido mutando esta condición inicial colonizando la calle y su condición de lugar de esparcimiento. Así pues, aunque en las fiestas la calle vuelve a recuperar su condición primigenia, vivir volcado a una calle llena de vehículos y con cierto tráfico ya no es una condición capital al proyectar una vivienda aquí, más bien lo contrario.

El proyecto trata de recuperar el patio de la tipología y multiplicarlo, tratando de recuperar esa vinculación con el exterior perdida con la calle y multiplicarla ahora también mediante una continuidad espacial fuerte. Dentro y fuera se funden constituyendo una pieza entre medianeras pero abierta a 2 grandes patios sin alterar la clásica tipología de la casa de pescadores.

Desde fuera, nada ha cambiado: una casa tradicional restaurada.
Dentro un espacio fluido, pleno de luz y espacioso, donde el exterior y el interior se funden.

El proyecto trata de pasar desapercibido al exterior mientras recupera la esencia de San Gabriel, el espacio exterior como parte de la vivienda, ahora totalmente integrado, protegido y privado.