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Esta vivienda se sitúa en un séptimo piso en tercera línea de playa en el distrito marítimo. La excesiva compartimentación y espacios demasiado marcados característicos de los años setenta hacen de ella una vivienda poco funcional para el uso cotidiano. Un espacio abierto, fluido y polivalente son las principales características que ha de mostrar este nuevo proyecto. La cocina se hace partícipe del espacio más público a través de la barra que vuelca hacia la zona de día, haciendo de ella una pieza clave del espacio social de la vivienda. La zona de estudio es el punto de inflexión entre lo público y lo privado. Debido a la ausencia de divisiones en la zona pública se delimita mediante la colocación del mobiliario en el salón. La parte privada del programa se sitúa al final del recorrido de la vivienda, de esta manera conseguimos que las habitaciones disfruten de dicha privacidad. El carácter sencillo y funcional de la vivienda se ve reflejado el sus acabados y materiales. Los tonos neutros predominan en su totalidad y la decisión de dejar la estructura vista dota de carácter a todo el espacio. El pavimento de tarima se hace presente en toda la vivienda siendo el baño la pieza que marca la diferencia.

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