Olguín House
México . México . México
Detalles del proyecto
Tipo: Edificación, obra nueva
Superficie construida (m2): 135
Info
En la primera cita que tuve con la cliente, platicamos acerca de lo sustancial que debía tener el proyecto, lo usual; el número de recámaras, baños y vinculaciones de los espacios. Hojeamos revistas que traía consigo, vimos fotografías de detalles que le llamaron la atención. En fin, tuve la oportunidad de percibir lo que había detrás de sus ideas, y como punto de partida, marcamos que la casa tenía que romper con el esquema de las viviendas vecinas. Y al comenzar con los primeros diagramas, entendí que en 135m2 iba a ser complicado darle al cliente una casa ostentosa en cuanto al tamaño. Opte por jugar con la percepción del espacio con un sistema de planta “escalonada” para abarcar lo más posible del terreno, y así evitar que la casa quedara opacada por las viviendas vecinas en razón a su tamaño. En un fraccionamiento tradicional de Jalisco. En donde los techos inclinados, las tejas, y los colores pasteles son un requerimiento obligatorio. Nos vimos limitados en mantener la pureza de las formas que inicialmente queríamos mantener. Después de explorar muchas opciones de inclinación con los techos, y los remates de estos mismos; ya que también estos deberían mantener la imagen de la casa tradicional mexicana. Al final, se trató de manejar estos elementos de una manera que fueran aparentes para el visitante, hacerlo sentir familiarizado con la casa a través de esos elementos tradicionales, pero en un punto, la casa se va equilibrando mientras la vas recorriendo, y va mutando en esas formas limpias y enigmáticas a la vista del observador. Al escalonar la planta, me di cuenta que se podían obtener jardines agradables, así que esta decisión nos llevó a otra, la de hacer que la casa volteara hacia sI misma y ambientarla con estos jardines semi interiores. Todo el proyecto gira alrededor de un muro pantalla de ladrillo aparente pintado de blanco, que logra definir el espacio privado del espacio del visitante, pero sin privarlo de echar una pequeña mirada a esos jardines. Para aumentar la presencia de la casa, se diseñó la sala a doble altura, en la que los pretiles se dejaron altos para engañar a la percepción del observador común. En el remate de la sala, el techo se despega de los muros, permitiendo que la luz entre cálidamente y sin impresionar y se funde con un pergolado que se va abriendo conforme crece la doble altura, confundiéndose y mezclándose con el color morado del techo, que a través de la luz pareciese que el techo se inclinara un poco. Y al mismo tiempo, funciona de pantalla para la doble altura, que por las noches se enciende, y desde afuera se ilumina a través de la pequeña y esbelta ventana que deja asomar los colores morados incandescentes de ese techo. Y con un resultado un tanto inesperado, la casa surge de la noche con una iluminación indirecta, los destellos de la luz chocando contra las plantas, rebotan en los muros blancos, y comienza una metamorfosis de la casa que consigue resaltar su presencia de su entorno, y crear una imagen casi escenográfica de la casa puesta sobre un fondo de colores que se ocultan en la noche.
publicado el 05/08/2016
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