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El proyecto se encuentra situado en el ayuntamiento de Cabana de Bergantiños (A Coruña), en una zona conocida por los diversos asentamientos y vestigios arqueológicos de la cultura castrense, El territorio tiene un carácter rural totalitario: pequeños lugares o parroquias circundadas por terrenos de cosecha, con pequeñas capillas y unidos por una red viaria de muy bajo orden. Allí se encuentra el Castro de Borneiro o también llamado “La Cidá”, un castro residencial enclavado en el interior de un bosque de especies variadas y a 576 m de la iglesia de San Xoán de Borneiro, la cual da nombre al mismo castro y a la parroquia. Como en la naturaleza, el hombre siempre ha elegido una estrategia que garantizara su supervivencia: el combate, el parasitismo, la simbiosis, el camuflaje…son algunas de estas, y a mi entender, es esta última la utilizada en este castro. El poblado trata de camuflarse y pasar desapercibido para sus enemigos rodeándose de grandes muros de tierra e internándose en un bosque frondoso aparte de colocarse en el mirador del valle, todo ello claramente por motivos defensivos y de supervivencia, estas fueron las intenciones de sus habitantes, pues bien, parece lógico pensar que el proyecto debe respetar estas intenciones, no respetarlas sería destruirlo; proteger el castro es proteger el camino y la forma de llegar a él. Un camino de “xabre” de 3 m de ancho para usos agrícolas que llega directamente al castro es el lugar escogido para la ubicación del proyecto. Aparece entonces una tercera pieza que forma un trío arquitectónico de interés, que comparte paisaje con la iglesia y el núcleo rural de Borneiro sin taparlo, con buena accesibilidad, aparcamiento…. y lo que es más importante, lo suficientemente alejado del castro para ser respetuoso con él y para que el visitante pierda la carga de cultura contemporánea que pudiera traer consigo cuando vaya en la búsqueda del mismo .Este camino, el castro, la iglesia, el centro de interpretación, y entre ellos las leiras y carballos que crecen en sus límites,,incluso el propio bosque del castro, son los elementos que forman la idea principal del proyecto. Dos espacios principales de características totalmente diferentes son los protagonistas del edificio, los arqueólogos preparan y analizan los hallazgos en su laboratorio para luego mostrarlos al público en la zona expositiva, lo cual induce a pensar en un edificio dividido en dos, al menos en lo que a usos se refiere: Esta dualidad concibe la luz de dos maneras diferentes: el laboratorio tendrá mucha luz norte y algo de soleamiento sur con vistas; el espacio expositivo, en cambio, comienza con una atmósfera de penumbra que simplemente te permite saber donde pisas y está protagonizado por un muro de hormigón chorreado iluminado cenitalmente que sirve para exponer los objetos encontrados en el castro Al igual que el castro, las cualidades arquitectónicas internas deben ser imperceptibles desde el exterior y generar desconcierto, guardando así el misterio hasta que el visitante entra, lo descubre y participa del mismo. Descripción de la implicación del hormigón en el desarrollo del proyecto. Esta intención de edificio que salvaguarda algo debe estar apoyada por un carácter tectónico contundente, un material que le de al edificio un carácter sólido y de protección; el edificio es edificio cuando se presenta en el territorio mediante un alzado sur en el cual aparecen huecos que acercan al observador a la escala humana, es muro para indicar una dirección a seguir, es espacio público donde el arbolado existente ha elegido, es también cubrición y forma para conducir el agua; el edificio trata así de tener facetas diferenciadas dependiendo de cómo y por dónde se mire o use. Esta diversidad de visiones de un mismo edificio requiere un material versátil que pueda satisfacerlas todas sin perder la uniformidad tectónica y estética, por ello se escoge el hormigón como material para su ejecución. Para el acabado general se utiliza un encofrado de tabla marcando las lineas estrictamente necesarias para el hormigonado de los muros, tratando de fomentar la horizontalidad buscada en el proyecto; y de manera singular se utilizará un hormigón chorreado en el que es el elemento protagonista del espacio, el muro expositor; dicho elemento se percibe desde el exterior pero esta vez mediante paneles hormigonados “in situ” con el mismo acabado, los cuales cubren el muro por cuestiones referentes al aislamiento térmico del edificio. Por último, hormigón hidrófugo pulido será la elección para el tratamiento de la cubierta, consiguiendo una rápida evacuación del agua y una mayor durabilidad Con los diferentes tratamientos superficiales y procesos constructivos del hormigón, el proyecto trata de afianzar las principales ideas que intervinieron en el desarrollo del proyecto.