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La parcela presenta una forma trapezoidal sensiblemente aproximada a la de un polígono regular, con uno de sus extremos curvilíneo, y el resto en ángulo. La parcela es prácticamente llana en su mitad norte, teniendo una fuerte pendiente en su mitad sur. La pendiente de la parcela se desarrolla en dirección norte-sur salvando un desnivel total de aproximadamente 4 metros. Las vistas a poniente desde la parte alta de la parcela son espléndidas. Se trata de un edificio de uso polivalente destinado a Centro de Cultura y Escuela de Música (disciplina ésta que cuenta con un número importante de estudiantes en Meco) de 4 plantas, correspondientes a planta sótano, planta semisótano, planta baja y planta primera, ocupando esta última, la crujía norte del edificio. El edificio se resuelve con planta compacta adaptándose a la geometría del solar existente y ocupando la parte inferior y sur del mismo. Así mismo, el edificio, se adapta a la topografía existente en fuerte desnivel, ordenando su programa de usos de manera estratificada, por capas independientes (sí es necesario independizables físicamente unas de otras) de usos diferenciados. El resultado de todo esto es que el edificio se organiza con dos entradas situadas en fachadas opuestas (fachadas norte y sur) y plantas distintas (plantas semisótano y baja). Cada una de estas entradas da acceso a usos claramente diferenciados. El acceso sur a través de un espacio cubierto exterior da servicio a la Sala Auditorio y a un espacio expositivo polivalente que hace las funciones de vestíbulo del Auditorio. Esta planta está equipada con los aseos generales del edificio y cuartos de instalaciones necesarios para el correcto funcionamiento del mismo. La entrada norte, a la que se accede desde un patio / atrio cubierto por una celosía de hormigón con acceso desde el Pasaje Plaza de España, da servicio a la Escuela de Música que desarrolla un programa de usos consensuado con la dirección de la futura escuela que desarrollará su actividad en estos espacios. Un vacío recorre longitudinalmente el edificio fundiendo usos y plantas, permitiendo un uso y percepción complejo del mismo. Este vacío conforma el lugar de relación principal del edificio cualificándolo espacialmente y significándolo como edificio público, y esponja su limitada superficie interior. En la planta sótano se encuentran los cuartos que dan servicio al auditorio, como almacenes y vestuarios. En Planta primera, la administración y dirección del centro, y una pequeña biblioteca musical abierta al norte y a las vistas. La cubierta del edificio se dota de uso. Un auditorio al aire libre y una plaza llamada Plaza Sur situados en la misma completan el programa del Centro de Cultura y Escuela de Música. Este auditorio y esta Plaza Sur con acceso desde el patio / atrio norte del edificio mediante una escalirampa, y también desde el interior de la edificación, configuran un lugar de esparcimiento y reposo urbano de calidad. La actuación apuesta por un volumen de contornos rotundos capaz de afirmar su autonomía frente a un entorno heterogéneo residencial y reciente de viviendas unifamiliares de suburbio sin ningún interés arquitectónico, y de otras tradicionales con las que sí, se quiere dialogar. Se elige la abstracción popular como estrategia compositiva en los alzados. Los huecos aparecen allí donde son necesarios por el uso interior o las vistas, como en la arquitectura popular tradicional, siempre abstracta. Zócalos y recercados resueltos con nuestra piedra actual: “el hormigón armado”; los revocos blancos, así como la escala y tratamiento volumétrico del edificio proyectado, colaboran en la inserción del mismo en la Villa de Meco.

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