Casa JJP
Badajoz . Badajoz . España
Detalles del proyecto
Tipo: Edificación, obra nueva
Info
Imágenes realizadas por Jesús Granada. El proyecto para esta casa en Badajoz indaga en aquellos invariantes que la arquitectura atesora, más allá de las coyunturas formales. Desde el rígido eclecticismo de los estilos al lirismo moderno en el primer gozne secular y de ahí a la frivolidad, ligereza, exhibicionismo y oportunismo cultos del paradigma postmoderno, hay algo que se mantiene, infraleve, entre los bandazos de la relación del hombre con su entorno. Como la escultura, que según Barnett Newman no es sino aquello contra lo que uno choca cuando retrocede para mirar un cuadro, en estos prístinos lugares, comunes y corrientes, que apenas han cambiado desde que el hombre construyó su primer refugio, recorrido, puerta, umbral, recinto y vacío, te topas con la arquitectura antes de darte cuenta de que es arquitectura. La casa se empotra en la ladera que la recoge insertando, como gesto primigenio, el vacío de su patio en el centro del solar. El desnivel de más de siete metros permite acceder a la casa desde tres diferentes cotas, la más alta, al pabellón de invitados que se asoma a las vistas hacia Portugal y las puestas de sol; la intermedia, nos permite entrar a la casa familiar, desarrollada en una planta, a partir de un recorrido demorado que nos lleva hasta el claustro central; la más baja permite el acceso al aparcamiento bajo la casa a nivel. Un camino que conduce a un umbral donde nos recibe el rumor del agua, golpeada por un trozo de luz sólida. Un recorrido como aquel que cuenta Quetglas del joven Wright caminando en el duro invierno de Illinois con su tío. Las huellas del futuro arquitecto en la nieve, azarosas, aparentemente inútiles. Las de su tío, alineadas y únicas. Podemos imaginarlo caminando erguido, los ojos puestos en el cerro al que suben, fijos, ajeno a los tesoros que Frank recoge en cada impetuosa carrera, llenando con ellos sus bolsillos. Un camino con pequeños grandes hallazgos, atravesando un jardín, tocando el agua de la alberca, pasando de la luz a la penumbra y de nuevo a la luz sin solución de continuidad, más allá del instante de una respiración cuando atravesamos el umbral. En el interior los espacios se suceden acotando sus alturas, desplegados sobre la pendiente, con las transiciones suaves de rampas escamoteadas por muebles y patios que no son sino paisajes atrapados por el interior. El jardín en torno a la casa y la gran alberca se organizan atendiendo a la topografía y la orientación de cada espacio: un topiario inglés nos recibe con sus olores y colores al este, al igual que un bosquete estructurado en escalas corrige la vistas y sirve de fondo de perspectiva a sur; a resguardo de los vientos, un huerto de frutales en bancales resuelve la fuerte pendiente del solar en su medianera más urbana. Una casa construida con materiales sencillos: hormigón, cal, calçada portuguesa de Fátima…, y aire, y vacío. Y también el alma de un puñado de amigos que ha quedado, atrapada, entre las vibrantes sombras de hoja de los árboles, el agua rizada del estanque y los reflejos de la cal restañada sobre los muros, clavados en la ladera.
publicado el 30/05/2016
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