La campaña de inspección de apartamentos turísticos ilegales este verano por parte de la Generalitat Valenciana ha tenido como resultado el afloramiento, entre julio y agosto, de otras 2.562 viviendas clandestinas.

La Agència Valenciana de Turismo ha intensificado este verano la campaña de control sobre esta tipo de alojamiento, que en parte se realiza de forma opaca, a través de las plataformas tipo Airbnb, sin el control de la Generalitat y con un impacto considerable sobre la industria hotelera. Si en 2016 se detectaron 11.623 viviendas que la AVT obligó a inscribir en el registro autonómico, este año, a 31 de agosto, ya van 10.756, una cifra muy alta. En cuatro años se ha obligado a dar de alta más de 32.000 viviendas.

Aunque las sanciones hasta la fecha se han centrado en las plataformas que comercializan viviendas ilegales y no en los propietarios de pisos, con esta vigilancia el Consell al menos sitúa esta actividad bajo el radar de la Agencia Tributaria como posible foco de economía sumergida.

Hacienda ha intensificado en las últimas semanas los controles contra el fraude fiscal en los apartamentos turísticos urbanos y de playa de la Comunidad Valenciana. El objetivo es que los dueños se pongan al día y declaren los ingresos de los ejercicios no prescritos (los últimos cuatro).

Si son particulares se trata del IRPF e incluso puede afectar al impuesto de patrimonio. Y si son personas jurídicas, el de sociedades. El fisco ha incrementado el control tras detectar el boom que se ha producido en ciudades como València con este tipo de viviendas.El rendimiento neto que obtienen los particulares que recurren a estos ingresos extra puede llegar a los veinte mil euros.

Los apartamentos de playa llevan años bajo el foco de la Agencia Tributaria. Los inspectores hacen todos los veranos inspecciones in situ para comprobar si los propietarios de los apartamentos declaran el alquiler.

En este sentido, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, radicalmente opuesto a la tasa turística a los hoteles que se está debatiendo, señala a esta oferta clandestina como «el verdadero caladero de ingresos».