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Los ingenieros que controlan el 'boom' inmobiliario de España desde el espacio
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Los ingenieros que controlan el 'boom' inmobiliario de España desde el espacio

La división barcelonesa de Intelligence, un área de Airbus que emplea a 28 personas, se especializa en la venta e interpretación de imágenes obtenidas vía satélite

Foto: Detalle del barrio de Valdebebas, en Madrid. (Intelligence)
Detalle del barrio de Valdebebas, en Madrid. (Intelligence)

La tecnología permite medir los datos más inesperados por cauces poco habituales. En el caso de la filial barcelonesa de Intelligence, una compañía dedicada a la interpretación y venta de datos obtenidos mediante imágenes por satélite, la firma es capaz de medir si hay un resurgimiento del 'boom' inmobiliario en Barcelona o Madrid analizando el número de grúas que hay en la ciudad con mapas modelados en tres dimensiones y comparándolos con las mismas imágenes tomadas en el pasado. Y lo más interesante: lo hacen desde el espacio.

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¿Por qué desde el espacio? "Podrías hacerlo recopilando los permisos de obra, pero lleva mucho más tiempo", explica Joan Romeu, director de Intelligence en España. La compañía cuenta con un arsenal de satélites puestos en órbita por Airbus a lo largo de los años que le permiten mapear los rincones más remotos del planeta y vender esa información a todo tipo de clientes. En concreto, desde la filial barcelonesa se trabaja en casos como el citado de la construcción pero también en otros relacionados con la agricultura. Su actividad principal se desarrolla en España, Portugal y América Latina.

Los satélites de Airbus, cuenta Romeu, captan "más de dos millones de kilómetros cuadrados al día" o el equivalente a cuatro veces la extensión de España. Pero el valor del trabajo de esta compañía no reside tanto en la cantidad de datos que manejan como en la interpretación gracias a 'machine learning' y al autoaprendizaje de los algoritmos con los que trabajan. "Es una tarea de aprender y automatizar sistemas de tratamiento masivo de datos", señalan.

En el caso barcelonés, la compañía es capaz de lograr imágenes con una resolución de 50cm por píxel que cubren áreas de 20 por 20 kilómetros, suficiente para registrar toda la ciudad y determinar "en menos de una semana" el número de grúas presentes en la ciudad. Los satélites con los que trabaja la compañía le permiten obtener imágenes con resoluciones que van "de los 80 metros hasta los 25 centímetros", se encuentran en una órbita entre 500 y 700 kilómetros de altura y viajan a unos ocho kilómetros por segundo. Cuanto mayor sea la resolución, mayor es el nivel de detalle de la imagen, lo que permite a la empresa que trate esos datos distinguir, por ejemplo, un barco militar "sólo por el número de antenas o torretas".

Los Spot 6 y Spot 7 o los Pléiades 1A y 1B, estos últimos más centrados en el trabajo militar, son algunos de los vehículos que nutren de información a los trabajadores de Intelligence. Esa flota aumentará en breve con el satélite PAZ, una sonda destinada al estudio de la Tierra y encargado por el ministerio de Defensa, pero que también tendrá "capacidades civiles que se comercializarán a través de HISDESAT".

Comercio responsable y agricultura

Otras aplicaciones del 'espionaje' por satélite que realiza Airbus y que procesa Intelligence están enfocadas al estudio de la agricultura, aunque desde diferentes perspectivas: el estudio de zonas agrícolas para determinar si están asentadas en terrenos previamente deforestados o la medición de funciones clorofílicas para conocer el estado de una plantación.

En el primer caso, conocer si un alimento se ha plantado en una zona agrícola o deforestada es un dato indispensable para conseguir ciertos certificados de calidad. "Trabajamos en plantaciones de aceite de palma o de cacao para saber si están sobre terreno agrícola o forestal. Podemos definir una parcela y certificar que no es una zona deforestada si miramos ese mismo terreno unos años más atrás, en 2010, por ejemplo, sin necesidad de desplazarte hasta el terreno y analizar el suelo", ilustra Romeu.

Las empresas que apoyan el comercio responsable trabajan con certificados que aseguran que una plantación no se encuentra en terreno deforestado

Las aplicaciones de ese trabajo son los distribuidores que están preocupados "por el comercio responsable" y que no mercadean con alimentos que no hayan obtenido esas certificaciones. El área de zonas tropicales que cubre Intelligence se extiende a lo largo de 300.000 kilómetros cuadrados en todo el planeta.

En el caso de la medición de la función clorofílica, el equipo de ingenieros barceloneses mide ese parámetro para conocer el estado de la planta y cuánto abono requiere para mantenerse en un estado óptimo. Como explica Romeu, esa información permite que los agricultores sepan "dónde hay que tirar abono y qué cantidad es necesaria". Así, los responsables de las cosechas pueden ahorrar en nitrógeno para las plantas.

Si bien es cierto que un dron puede cumplir con esa tarea en pequeños terrenos (y que la robótica también trabaja para satisfacer necesidades similares), Romeu explica que la tecnología con la que trabajan les permite cubrir vastas extensiones de campo a diferencia de las otras tecnologías. El problema que se han encontrado, por el momento, en España es la ausencia de cooperativas agrarias, a diferencia de Francia, lo que les lleva a trabajar o con pequeños empresarios o con grandes firmas. "No hemos conseguido arrancar en nuestro país mientras que tenemos 15.000 clientes en el país vecino", afirma.

El reto: ajustarse a los tiempos

El problema al que se enfrentan empresas como Intelligence es la barrera temporal existente entre la captación de las imágenes y el procesado de las mismas. Como señala Romeu, "cada aplicación tiene un tiempo útil" por lo que no es lo mismo trabajar con una empresa que hace seguimiento marítimo que con otra que se encargue de monitorizar una plantación.

En la actualidad, los tiempos con los que trabaja la firma barcelonesa son elevados debido a los diferentes puntos por los que transita una imagen hasta que llegue a su sede. Entre que una instantanea se toma, se descarga en una estación y se recibe en la oficina pueden pasar "demasiadas horas o días como para que se uso pueda ser adaptado a las necesidades de la aplicación".

Un ejemplo: un barco en mitad del mar: "Si pasan más de tres horas desde que has tomado la fotografía, el barco ya ha desaparecido de esa zona". En ese ámbito, el director de Intelligence en España apunta que el tiempo con el que se trabaja es de 30 minutos mientras que para trabajos relacionados con el campo la cifra aumenta hasta las 48 horas. Si nos movemos en el terreno militar, la precisión ha de ser máxima, y se trabaja con desfases de pocos segundos.

La próxima generación de satélites con los que trabajará la firma deberían solucionar este problema para que el tiempo que tarde en llegar una imagen sea, como mucho, "de un minuto".

Aviones que vuelan durante cuatro meses

Pero Romeu apunta a una solución en la que ya trabaja Airbus para contar con una fuente que pueda mapear el terreno durante meses, sin tocar tierra pero sin los costes asociados de salir al espacio. HAPS, siglas en inglés de High Attitude Pseudo Satellite, es un proyecto de avión solar no tripulado que, cuando esté finalizado, debería ser capaz de volar "cuatro o cinco meses sobre un territorio mandando imágenes y vídeo en tiempo real".

"HAPS cuenta con las capacidades de un avión, un satélite y un helicóptero a la vez y vuela por encima de la velocidad máxima de los aviones por lo que no se mete en su espacio aéreo", detalla Romeu. Por el momento, el HAPS ha llegado a completar un vuelo de 14 días a 20.000 metros de altura aunque todavía se encuentra lejos de llegar a ser una herramienta que pueda proporcionar asistencia en zonas de emergencia o en lugares innacesibles para el ser humano. Hasta que esa realidad se haga patente, la toma, recolección e identificación de imágenes por satélite seguirá siendo la mejor vía para controlar en tiempo real lo que sucede en casi cualquier lugar del planeta.

La tecnología permite medir los datos más inesperados por cauces poco habituales. En el caso de la filial barcelonesa de Intelligence, una compañía dedicada a la interpretación y venta de datos obtenidos mediante imágenes por satélite, la firma es capaz de medir si hay un resurgimiento del 'boom' inmobiliario en Barcelona o Madrid analizando el número de grúas que hay en la ciudad con mapas modelados en tres dimensiones y comparándolos con las mismas imágenes tomadas en el pasado. Y lo más interesante: lo hacen desde el espacio.

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