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La Fortaleza Carmesí, Calpe

CTAA por CTAA 15/12/2017 13:41

Solo el nombre propio –Muralla Roja– ya evoca exotismos orientales como la ‘gran muralla’ china –con su perfil almenado– y los ‘fuertes rojos’ indios –con sus altos muros carmesí.

En realidad, a lo que más se asemeja es a “un recinto fortificado cuyas formas se acomodan a la topografía del acantilado donde se levanta (…), esgrimiendo una reinterpretación de la tradición mediterránea de la casbah”, imagen que aún persiste en las alcazabas andalusíes y en las medinas magrebíes, cuyos acabados terrosos (de piedras y barro) confieren esas tonalidades sienas, pero con un degradado que va desde el rojo hasta los granates, derivando a los lilas y azules a medida que este “objeto monumental (…) por su condición escultórica” se aleja del mar y se acerca a las colinas y al cielo. 

Lo que más impacta de esta obra es la potencia plástica y el fuerte cromatismo de sus apiñadas formas prismáticas.

Ha sido la obra de arquitectura de la Comunitat Valenciana más reproducida en los mass-media profesionales en la década de los 70 del siglo XX y sigue siendo de las más –sino la más– fotografiadas en Instagram en la actualidad.

Vista aérea de la zona de la Manzanera: junto a la etiqueta está la Muralla Roja (google-maps)

La Muralla Roja es una pequeña ciudadela de 50 apartamentos turísticos (de 60, 80 y 120m2), proyectados y dirigidos por Ricardo Bofill Levi y el Taller de Arquitectura, ubicada en el término de Calpe dentro de los terrenos del plan parcial La Manzanera que, en 1964, redactaría su padre, Emilio Bofill Benessat. La propietaria del suelo, Dña. Natalia Pérez Ortembach, era miembro de una saga de terratenientes que vivía en Barcelona. La memoria del plan urbanístico se pregunta acerca de qué supone proyectar una urbanización turística, negando los principios racionales modernos coetáneos y planteando, como alternativa, que había que “crear un Jardín del Edén (…) con una visión idílica del mundo” a través del paisaje, del cual había que “comprender el sentido profundo del mismo, para transformarlo en un suelo y un paisaje construido”. 

En realidad, todo el proyecto es una apuesta por una nueva formalidad y un nueva espacialidad que se nutre de diversas fuentes: de las leyes de desarrollo y crecimiento de los metabolistas japoneses, de algunos presupuestos de Archigram, de la Arquitectura sin arquitectos (libro y exposición de B. Rudofsky), del cromatismo de Luis Barragán y del Hábitat de M. Safdie para Montreal. Puede que este conjunto sea la primera muestra de la arquitectura posmoderna.

Fotos de época y actual (2007) del núcleo y pasarela que conduce a la piscina en cubierta (web)

La ordenación urbana de La Manzanera se basa en un trazado viario sinuoso, escaso y adaptado a la topografía, con diferentes terrazas ajardinadas, un club social con piscinas bajo el acantilado junto al mar (donde emplearía las técnicas tradicionales autóctonas de colocación de la piedra en seco para los muros), un par de hoteles de lujo y una serie de conjuntos residenciales unifamiliares y de bloques plurifamiliares cuyos nombres construyen un imaginario un tanto fantástico: Castillo, Plexus, Muralla y Xanadú.

Plano de la planta baja del bloque de la Muralla Roja (II fase, 1970); el edificio existente es Xanadú

Fotografía de época con la Muralla Roja (izq.), Xanadú (dcha.) y club social (abajo) (web-SA)

Fotografía de época con la Muralla Roja (izq.), Xanadú (dcha.) y club social (abajo) (web-SA)

Los conjuntos están constituidos por las viviendas aisladas de ‘El Castillo’ (1964-66) y las pareadas de ‘Le Plexus’ (1966-68), con ascendencias estéticas en un regionalismo crítico y revisionista (con incorporación de elementos vernáculos), así como las viviendas adosadas de ‘El Anfiteatro’ (1983-85), que ya se corresponden con lenguajes eclécticos de un posmodernismo comercial. Los bloques son dos: ‘Xanadú’ (1966-68) y la ‘Muralla Roja’ (1968-73), y ambos se pueden insertar en una cadena de experimentos urbano-arquitectónicos (1964 Barrio Gaudí, 1966 Castillo de Kafka, 1970 Walden-7) dirigidos a producir y materializar la ‘Ciudad en el Espacio’ (1970-72) proyectada para Moratalaz (Madrid) y no construida.

Vista de la Muralla Roja (desde Xanadú): el color azul denuncia la posición de la piscina (foto 2007)

Muralla Roja, vista desde Xanadú. Calpe

Diversos dibujos para la Ciudad en el Espacio (1970): fotomontaje

Esta utópica urbe es un “Proyecto para el desarrollo de un complejo de viviendas a gran escala, concebido como un barrio multifuncional e inspirado en una visión de la realidad social” que resolvía en un único inmueble las funciones residenciales, de interacción social y de ocio.

Diversos dibujos para la Ciudad en el Espacio (1970): axonometría

Diversos dibujos para la Ciudad en el Espacio (1970): axonometría

Diversos dibujos para la Ciudad en el Espacio (1970): alzado (web-Bofill)

Diversos dibujos para la Ciudad en el Espacio (1970): alzado (web-Bofill)

Plantas tipo de uno de los módulos de la muralla Roja: niveles 1, 2 y 3 (web_Bofill)

En el caso de la Muralla Roja, el bloque (de cinco plantas escalonadas y cubierta transitable) está resuelto a partir de la célula base de la vivienda que está constituida por un módulo en planta de cruz griega (5 cuadrados de lado 5,00m) que busca las vistas marinas y que se articula con otros casi idénticos (con variantes en el estar, las terrazas y los cuartos) mediante unas torres de planta cuadrada (de lado 5,00m) donde se insertan las zonas de servicio de los hábitats (cocinas y baños).

Distintas vistas del patio de luces y pozo de luz ‘rojo’ con sus juegos de escaleras imposibles (2007)

Vista desde la pasarela superior de las terrazas y del patio rosa de la Muralla Roja (foto 2007)

Cada agrupación de cuatro apartamentos deja un vacío cuadrado en su centro que hace de patio de luces  y lugar de acceso a las viviendas mediante escaleras que se desparraman en el suelo y ascienden a la cubierta comunitaria pegadas a las paredes de estos pozos de luz de vivos colores, rojos o azules, acordes con la variación cromática de esta fortaleza, dotando a cada uno de una singular atmósfera surrealista y psicodélica que impacta a todos los sentidos.

Litografías de Escher: La casa de las escaleras (1951), Relatividad (1953) y Convexo y Cóncavo (1955)

Litografías de Escher: La casa de las escaleras (1951), Relatividad (1953) y Convexo y Cóncavo (1955)

Estos patios, con sus tramos de peldaños, sus antepechos a juego y sus geometrías aparentemente laberínticas (que tienen una base modular en cuadrícula) evocan y reverberan las litografías de las Impossible Constructions de los años 50 del pintor M.C. Escher.

Diversas vistas (época y actuales) de la piscina de cruz latina en la cubierta de la Muralla Roja

En este intento por generar una ciudad en el espacio, la Muralla Roja crea sus propias plazoletas, sus pasajes interiores, sus escaleras de acceso y sus miradores sobre el paisaje circundante.

Además, para fomentar las relaciones sociales en el tiempo de vacaciones, se diseña un amplio solárium en la última de las plantas, donde se dispone una piscina que reproduce, en parte, el mismo módulo compositivo del conjunto (aquí con una cruz latina), a la que se llega con un núcleo vertical y una pasarela flotando en el aire.

El mayor lugar compartido se localiza en las alturas, paredes y vaso se revisten del azul que queda en un extremo de la gama utilizada, donde la piscina casi toca el cielo y, a la vez, roza el horizonte del mar. En esta última plaza, la más elevada de todas, se crea una terraza mirador donde se disfruta del tiempo de ocio tumbado al sol o contemplando la atmósfera que funde los azules del cielo, de la piscina y del mar en la lejanía.

Terrazas Mar Muralla Roja, web AS

Esta idea de generar un espacio de encuentro en el nivel superior, cuyo foco de atención es una piscina y cuyos límites físicos se confunden con el horizonte, ya lo había ensayado en el Castillo de Kafka (1966-68) sobre una colina con vistas a la bahía de Sitges.

Detalle de la pasarela de acceso al solárium, al mirador y a la piscina en la cubierta (2007)

Vista frontal y actual de la Muralla Roja (2007)

Vista frontal y actual de la Muralla Roja (2007)

Vista de época desde el Club Social (web-Bofill)

Es evidente que las referencias de la Muralla Roja están más allá de las elaboradas combinaciones matemáticas (casi algoritmos) de sus módulos que generan intrincados espacios que propician las relaciones sociales; hay una clara intencionalidad formal y sensorial en sus formas rotundas, sus volúmenes esculpidos, sus texturas abstractas y sus colores intensos.

Detrás de la potencia plástica de esta obra subyace una singular carga simbólica: la de erigirse en la ‘Fortaleza Carmesí’ para las vacaciones estivales de ciertas élites burguesas, la cual custodia el palacio de Xanadú, que emula con su silueta el perfil de la roca del Peñón de Ifach, y cuyo nombre propio es el de la capital de verano del imperio mongol. En el paisaje rocoso y árido de esta costa, el bloque de la Muralla Roja se levanta como un fuerte de frontera, de apariencia inexpugnable, contrastando fuertemente en su contexto por su geometría y su materia; una frontera tan sensorial como intelectual: la que separa el tiempo del trabajo del tiempo de las vacaciones. En parte, una visión idealizada del veraneo desde la Gouche Divine.

Vista de época de la Muralla Roja con Ifach al fondo y abajo del edificio Xanadú que emula al Peñón de Ifach y cuyo nombre evoca la capital de verano del imperio mongol (web Bofill)

Visitas:
Se trata de una urbanización privada por lo que, para visitar el interior de las zonas comunes y la azotea (o alguna de las viviendas), debe contactarse con el presidente de la Comunidad de Propietarios y concertar cita.

Para comer:

Hay muy buenos restaurantes en Calpe y su término: La Vinya de Calp y El Cantal (para comidas creativas o clásicas: arrós del senyoret o puxero de polp). Otra opción es subir hasta Benissa (Casa Eusebio).

Web:

ricardobofill.es

spanish-architects.com

Blog:

instagram #murallaroja

elpais.com

Texto elaborado en base al escrito realizado por encargo del Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante por el Dr. Arquitecto Andrés Martínez Medina. De la serie boîte à miracles .

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