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Tribuna

El mirador del Cabo

Adaptación del Dpto. de Cultura y Formación del CTAA del texto de la serie “boîte à miracles” realizada por encargo a Andrés Martínez Medina, arquitecto

CTAA por CTAA 13/11/2018 12:53

La montaña rocosa del Cabo de la sierra de Santa Pola es, en realidad, un atolón coralino fósil, muy bien conservado, que se formó hace unos 6 millones de años, al final del Mioceno, cuando se desecó el Mediterráneo.

El relieve existente reproduce fielmente la morfología original, convirtiendo el atolón en uno de los mejores ejemplos mundiales de arrecife fósil. Esta meseta, que alcanza los 140m s.n.m. y sito al borde del mismo, es un lugar privilegiado por su longevidad y por los paisajes que se pueden contemplar desde cualquier punto de su perímetro o al descender en cualquier dirección.

Recreación infográfica del atolón del Cabo de Santa Pola (internet)

Vista del perfil del cabo de Santa Pola (140m s.n.m.) visto desde la bahía de Alicante (internet)

Casi constituye una isla separada del resto de la geografía de la provincia, más llana, de modo que las vistas, al margen de las recayentes sobre el horizonte marino, son mucho más amplias y despejadas hacia el oeste, tierra adentro, ofreciendo panorámicas que van desde las colinas de La Manga y la sierra de Orihuela, por el suroeste, hasta el final de la Bética con la sierra de Aitana al nordeste que, en los días claros, permite ver Sierra Helada e Ifach por detrás; asemeja a un circo en el que el atolón es el escenario y las cordilleras se disponen en torno a él. Es evidente que, por su altura y posición, resulta un punto excelente para la observación del territorio que lo circunda y, por su relativo aislamiento y particular orografía frente a los campos agrícolas y lagunas a su alrededor, reúne una serie de condiciones geológicas, de flora y fauna que lo convierten en un paraje único de alta calidad medioambiental.

Vista aérea de la sierra de Santa Pola (atolón del Cabo); al sur: municipio y puerto, al norte: urbanizaciones de Gran Alacant; se aprecia carretera recta de la nacional al faro, ca. 1944 (Google)

Vista aérea de la sierra de Santa Pola (atolón del Cabo); al sur: municipio y puerto, al norte: urbanizaciones de Gran Alacant; se aprecia carretera recta de la nacional al faro, ca. 1944 (Google)

Este páramo ha estado siempre en uso con puntuales explotaciones agrícolas (donde la orografía lo permite), forestales (por la madera de sus pinos) y cinegéticas (por la presencia de animales). No obstante, y a pesar de los nuevos usos senderistas y deportivos que se han instalado desde principios de milenio, las explotaciones realizadas por el hombre a lo largo del tiempo sobre este enclave apenas han modificado o alterado sus características naturales. Sobre el terreno todavía se conserva la malla de caminos rurales que la atraviesan poniendo en comunicación distintos puntos de interés: aljibes, bancales, casas, torres vigía… Con el fin de preservar esta riqueza natural, antrópica y paisajística, el ayuntamiento ha decidido acometer, desde hace unos años, intervenciones encaminadas a preservar la sierra en su conjunto —suelo no urbanizable de especial protección—, fomentando y potenciando estos usos y no otros agresivos.

Vista aérea en detalle del atolón del cabo con la pasarela al borde del acantilado (centro), el mar a levante (dcha.), el faro y torre de defensa (arriba) y baterías de costa de la guerra civil (izq.) (Maps)

Plano de la sierra y Cabo de Santa Pola con la red de caminos recuperada desde proyecto (RAS)

Plano de la sierra y Cabo de Santa Pola con la red de caminos recuperada desde proyecto (RAS)

Vista de una de las baterías de costa y antiaéreas del asentamiento de la guerra civil (D. Frutos)

Dentro del plan de acciones municipal destaca el proyecto para un ‘carril bici’ en este macizo realizado en el bienio 2013-2015 por el equipo de arquitectos RAS, con Prócoro del Real y Antoni Baile. Aunque mencionar la ciclo-vía parezca evocar un trazado lineal de hormigón, la propuesta apostó por recuperar la red histórica de senderos rústicos con los materiales de siempre —tierra y gravas—, instalar una señalética para guía de los paseantes, crear y equipar ciertos nodos para el descanso (con alguna pequeña explanada, muretes, aparca-bicis y bancos) y colocar una serie de paneles informativos protegidos (en mostradores horizontales y paneles verticales) de las variadas singularidades de este paraje natural que reforzaban los cruces y los inicios o fin de las vías.

Plano de planta del trazado de la pasarela proyectada por el Estudio RAS (RAS 2013)

Esta actuación se amplió con la recuperación y puesta en valor de los restos y ruinas del asentamiento militar construido durante la guerra civil española, en las inmediaciones del faro levantado en 1858 sobre una torre vigía de la segunda mitad del siglo XVI coronando la cima. El proyecto se completaba con la ejecución de un mirador en forma de pasarela que, emulando con su trazado en planta las curvas de la topografía del precipicio, ofrece unas gratificantes vistas sobre las bahías de Alicante y Santa Pola, teniendo como epicentro la isla de Nueva Tabarca en su frente que es un BIC como centro histórico-artístico desde 1964 y reserva marina desde 1986.

El mirador, horizontal en este caso, se inserta en la tradición de erigir balcones sobre puntos concretos para contemplar los llamados ‘monumentos naturales’ que se ha intensificado desde hace una década por todo el mundo. Estos vienen a ejercer ante la naturaleza el mismo rol de las torres e hitos verticales que se han levantado por doquier ofreciendo paisajes de todo tipo (urbanos, rurales, geológicos) como reclamo turístico del sitio (con sus riesgos de éxito), por lo que acusan esta condición de dirigirse a un público amplio ofreciendo la experiencia del paseo —el equipo afirma que se trata de “un elemento visible pero sutil”, “un paseo en el aire”— frente a la simple contemplación de una imagen que recordar.

Fotografía del montaje de la pasarela sobre el acantilado del Cabo (D. Frutos)

Vista general sobre la intervención de la pasarela, con sus encuentros con el terreno y los elementos de descanso e información instalados; al fondo, la isla de Nueva Tabarca (D. Frutos)

Vista general sobre la intervención de la pasarela, con sus encuentros con el terreno y los elementos de descanso e información instalados; al fondo, la isla de Nueva Tabarca (D. Frutos)

En el caso del Cabo, la pasarela, con un diseño sinuoso bordeando el acantilado y con una suave pendiente en su recorrido que asciende en el tramo final para casi tocar la isla con la mano, cuenta con un diseño sencillo en sus líneas, que es muy austero en su condición material —perfiles tubulares y tableros en rejilla de acero galvanizado para soportar mejor la atmósfera salina— y muy delicado en su encuentro con el suelo —solo dos apoyos dobles en uve y un anclaje a tierra en su arranque— mediante una plataforma de tableros de resina y enlosados de mampuestos. Esta misma reducida paleta de materiales —acero, tarima y piedras— es la empleada en las demás actuaciones en el paraje para crear las zonas de esparcimiento y los puntos de información. La obra, con evidentes referencias cultas, es reversible y podría desmontarse sin dañar el suelo sobre el que apoya.

Secciones de proyecto de la pasarela-mirador sobre el Cabo (Ras 2013)

Secciones de proyecto de la pasarela-mirador sobre el Cabo (Ras 2013)

Esta nueva pasarela —premiada y mediática— no ha descubierto ni el lugar ni su paisaje, pero lo ha puesto en los mapas y lo ha revalorizado al señalizar, integrar y restaurar el conjunto de elementos que lo colonizan muy discretamente desde hace tiempo: desde el propio acantilado y el pinar, pasando por la torre de defensa y terminando con las arquitecturas militares y las baterías de la Guerra de España que podrían declarase BIC para la consolidación de la memoria histórica de este triste episodio.

. Detalle remate de la pasarela con el faro al fondo y detalle de los paneles informativos verticales en la zona del asentamiento militar de la guerra civil (D. Frutos)

Lo que hasta hace poco era un sitio visitado ocasionalmente, al que se llega a través de una carretera recta (trazada al margen de la topografía de la zona) abierta en plena posguerra para comunicar directamente el faro con la red de comunicaciones terrestres, ahora se ha convertido en un espacio para el ocio y el disfrute de la naturaleza del paraje apreciando sus múltiples dimensiones. Tampoco ha rebautizado el accidente geográfico del Cabo que, como todos los prominentes, tiene nombre propio desde antiguo, al ser el primer contorno que se dibuja sobre la línea del horizonte cuando una nave se aproxima a la costa. Puede que aquí, desde hace un milenio, los marinos exclamasen al aproximarse: “¡Agua a la vista!”, porque el Cabo siempre ha sido el mojón que anuncia la presencia de aljibes próximos. 

. Vista del perfil del acantilado con la pasarela-mirador en servicio (D. Frutos)

. Vista del perfil del acantilado con la pasarela-mirador en servicio (D. Frutos)

Artículos:
—Prieto, N. (2018), “Proyecto Atolón en Santa Pola”, en tectonicablog

Libros:
—Giménez García, E.; De Jorge Asensi, E.; Gabriel Elkouss, E. (1984), Espacios Naturales. Provincia de Alicante, Ed. CAPA y Delegación de Alicante del COA, Alicante.

Planos:
Procedentes del estudio de arquitectos RAS

Fotos:
De los autores del proyecto, de David Frutos (fotógrafo) y de internet

Webs:
Ondiseno
COAC
Estudio RAS

Blogs:
David Frutos
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Proyecto promovido por:
CTAA . Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante

 

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